Siendo autónomo o dirigiendo una pyme es algo común que tengamos múltiples facturas emitidas, bien a clientes o bien a proveedores. En algunos casos, esas cantidades de dinero se acumulan y se acaban convirtiendo en deudas de ambos con nuestra empresa. Si alguna de ellas supera los 300 euros, lo más probable es que quede registrada en el Registro de Aceptaciones Impagadas (RAI en adelante).
El RAI no es otra cosa que una lista o registro de morosos que contiene los datos o información negativa más completa sobre las empresas españolas. Está considerado uno de los listados más relevantes de nuestro país.
Como hemos dicho, esa información recogida en este fichero es muy importante, ya que puede ser clave para descubrir las deudas que con otras empresas pueden tener nuestros clientes o proveedores. Y esto no solo nos permitirá conocerlas, sino tomar decisiones de negocio que nos lleven a seguir o no teniendo acuerdos comerciales con ellos, o a establecer relaciones con potenciales futuros socios, entre otros.
El Registro de Aceptaciones Impagadas, que es un registro totalmente privado, corresponde a los impagos de toda persona jurídica por encima de los 300 euros. Pero además, para certificar que este documento es válido, lleva adjunto otro con la firma del deudor, de modo que quede reconocido que esa cantidad que se le reclama pueda ser utilizada en cualquier sistema bancario y también que tenga fuerza ejecutiva. Esto es, como pagarés cambiarios, letras aceptadas, cheques en cuenta corriente, etc.
Inconvenientes de aparecer en el RAI
Para un cliente o un proveedor puede resultar realmente negativa su presencia en este tipo de listas. Existen varios motivos que suscitan una gran preocupación por ser incluidos en ellas. Uno de ellos, por ejemplo, no recibir más financiación por parte de bancos u otros proveedores, de manera que podamos ver comprometido el desarrollo de nuestra actividad. Otro perjuicio es que, independientemente de haber saldado la deuda, si hemos sido previamente inscritos en el RAI, no seremos eliminados hasta pasados 30 meses.
Esto supone que, aunque de forma legítima no estemos en una posición deudora, posibles socios comerciales no vean con buenos ojos relacionarse con nosotros y expresen sus reticencias. Nuestra aparición en este fichero, aun habiendo satisfecho nuestra deuda, puede generar desconfianza en terceros, por si nuestro retraso en los pagos se pudiera volver a repetir, circunstancia que mermaría nuestra capacidad comercial y nuestro crecimiento.
Actualmente son muchas las empresas que ya consultan el RAI antes de iniciar cualquier operación comercial. Lo hacen a través de empresas de información financiera como Informa. Y no solo eso, ya que una vez se acude a estas empresas, se pueden obtener otros datos e informes que complementen esta información, como incidencias judiciales, datos corporativos, información financiera, o incluso otros registros de morosos como Badexcug de Experian, etc.
Qué te encontrarás en el RAI y cómo evitar aparecer en él
Si como empresa o autónomo tienes pensado establecer relaciones comerciales con algún nuevo socio, te aconsejamos que consultes este listado. En él podrás encontrar: la fecha en la que se registró el último incidente, todos los efectos no pagados por parte de una empresa y, por último, la cuantía total en euros que estos efectos reúnen.
Por último recomendamos que, para no caer en el RAI, lo más lógico es evitar pagar las deudas pendientes a proveedores o clientes en un plazo posterior a los 90 días desde que se contrajeron. Una vez superado ese periodo, la inclusión de una empresa en el registro es un proceso automático. Anticiparte a esa fecha será crucial para tu futuro como negocio o autónomo y para ganarte la confianza tanto de tus clientes como de tus proveedores.