Seguro que estás harto de leer que es importante (¡importantísimo!) seguir consejos a la hora de elegir tus contraseñas. También te recordamos que las cambies a menudo, que no utilices la misma en varios servicios y que tengan poca o ninguna relación con tu persona para que sea más difícil adivinarlas (no pongas el nombre de tu perro, ya lo sabes).
Todo esto es cierto y no nos vamos a cansar de repetirlo, pero también somos conscientes del esfuerzo que os estamos pidiendo. Recordar tantas y tan complicadas claves no es sencillo. Por eso, hoy queremos compartir algunos trucos muy sencillos para generar contraseñas seguras y, al mismo tiempo, no sean imposibles de memorizar.
GENERAR CONTRASEÑAS SEGURAS
A partir de una frase
Piensa en una frase que tenga algún significado para ti y, a ser posible, para nadie más. Que no sea ni muy corta, para que sea difícil de adivinar, ni muy larga, para que la puedas recordar fácilmente. Si tienen mayúsculas y números, mejor. Si hay algún símbolo, magnífico. “En el bar de Juan ponen tapas grandes a 3 euros”, por ejemplo. Ahora coge las primera letra de cada palabra y te sale “ElbdJptga3€”, que es una buena contraseña. ¿A ti no se te ocurre nada? Tranquilo, el título de tu canción favorita puede ser un punto de partida.
Combina dos palabras
Elige dos palabras (de nuevo, mejor si significan algo solo para ti) y construye otra alternando sus letras. Si has seleccionado “Bigotes” y “Mechero”, la base de tu nueva contraseña será “BMiegcohteerso”. No tiene números ni símbolos, así que tendrás que utilizarla como punto de partida para reforzarla con alguno de los otros métodos que vamos a explicarte.
Convierte las vocales en números
Es un truco bastante popular que los ciberdelincuentes ya conocen y sortean, pero que puede funcionar muy bien para complementar alguno de los otros sistemas. Retomando el ejemplo del punto anterior, nuestra clave provisional “BMiegcohteerso” se convierte en otra un poco más segura: “BM13gc0ht33rs0”. Añadiendo uno o varios símbolos podría utilizarse.
Sin vocales
En lugar de reemplazarlas por números como en el ejemplo anterior, podríamos eliminar las vocales por completo. Si además partimos de un término inventado, como nuestro “BMiegcohteerso”, la contraseña resultante será más robusta: “BMgchtrs”. Cualquier parecido con una palabra real es pura coincidencia, pero recuerda añadir números, mayúsculas y símbolos antes de emplearla.
El truco del teclado
De nuevo se trata de reemplazar, pero en este caso números por letras. En primer lugar, escoge una sucesión de cifras que te resulte fácil de recordar (por ejemplo, el código postal de tu casa). Pongamos que es el 28921. Ahora busca cada uno de los números en el teclado y vuelve a introducirlo seguido por las letras que tiene justo debajo: “2wsx8ik9ol2wsx1qaz”. Para complicarlo un poco más, cambia alguno de los caracteres por un símbolo (el que comparta tecla con una de las cifras, sin ir más lejos) e incluye alguna mayúscula.
Una palabra y un número mezclados (pero no agitados)
Es fácil, pero elige palabras y números que tengan los mismos caracteres para hacerlo todavía más sencillo. Nosotros vamos a usar “Bigote” y 28921. El truco está en ir colocando las letras una a una, intercalando las cifras del número pero a la inversa. Así: “B1i2g9o8t2e”. Ya sabes lo que falta, ¿no? Un símbolo y asunto zanjado.
Camúflate con el entorno
Usar la misma contraseña en varios servicios o herramientas es una terrible idea, pero un sencillo truco puede hacer que tu clave se vuelva todoterreno sin tener que recordar varios términos. Por ejemplo, si quieres registrarte en Facebook, ¿qué puedes hacer? Incluye las siglas “FB” al principio o al final de la clave (regular); añade una variación del nombre de la web con mayúsculas, símbolos y números (bastante mejor) o tira de imaginación y mete alguna referencia más sutil (perfecto). Si lo aplicamos a nuestra primer ejemplo, nos salen estas tres versiones:
ElbdJptga3€_FB
F4c3b00k_ElbdJptga3€
C4r4l!br0_ElbdJptga3€ (por “caralibro”, traducción literal de Facebook al español)
¿Cuál dirías que tiene mejor pinta?
Tira un dado
Este sistema es un poco más elaborado, pero si una niña de 11 años puede hacerlo (y hasta convertirlo en un negocio), tú no vas a ser menos. El método que utiliza esta pequeña, conocido como Diceware, sirve para generar contraseñas completamente aleatorias – y, por tanto, muy robustas – a partir del lanzamiento de un dado y una lista de palabras. Dicha lista y la explicación paso a paso del procedimiento las puedes encontrar aquí.
Al estilo Sudoku
Te toca dibujar. Coge papel y boli y pinta una cuadrícula de 6×6, con números escritos al azar en cada una de las casillas. Ahora piensa en un patrón como el que usas para desbloquear tu móvil, un gesto con el dedo sobre esa especie de sudoku que acabas de plasmar (por cierto, te valdría uno de verdad si ya lo has resuelto). Los números por los que pasa tu trazado serán tu contraseña o, mejor dicho, su punto de partida. Ahora aplica alguno de los otros sistemas para introducir letras – minúsculas y mayúsculas – y símbolos.
Probablemente este sistema el mejor de toda la lista. ¿Por qué? Porque si cambias las cifras que has puesto en las casillas (o coges otro sudoku terminado), el mismo trazado te dará a una nueva clave. Con solo recordar el patrón, las modificaciones y guardar las poco sospechosas hojas, tendrás contraseñas infinitas.
Un último consejo: no sigas a la masa
Algunos atacantes no solo son muy listos, sino que dedican muchas, muchas horas a pensar en cómo averiguar tu contraseña. Conocen todos estos métodos, y su efectividad depende de lo bien que los combines entre sí y de las palabras o números que utilices como punto de partida. Échale una pizca de imaginación. Cualquier variante sobre lo convencional, sobre aquello que hace todo el mundo, puede marcar la diferencia.