Una empresa se convierte en variados conjuntos de habilidades y defectos personales trabajando juntos

8 tipos de personas tóxicas que puedes encontrar en tu empresa

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Actualizado 05 | 03 | 2016 12:46

Existen muchos tipos de personas y personalidades en las empresas. No existe el trabajador perfecto, y por tanto, una empresa se convierte en variados conjuntos de habilidades y defectos personales trabajando juntos.

Como en todo matrimonio, jamás encontraremos la perfección individual, pero conocer los defectos de nuestro cónyuge y aceptarlos, podría ser un buen comienzo para un matrimonio más o menos perfecto.

El problema en la empresa (a diferencia del matrimonio) es que no es cosa de 2 personas, sino en ocasiones de cientos de personas, y por tanto, es muy probable que tengamos como compañero algún tipo de perfil de los que vamos a nombrar. Finalmente, tanto si en la empresa trabajan 7 empleados como si lo hacen 5.000, se acaban dividiendo en 2: los que van a tener éxito y los que no, los que hacen un buen trabajo y los que no, los que sirven y los que no…. nos centramos en los que encabezan la segunda parte del grupo: los que no deben estar en la empresa.

1. Los pensadores grupales

Si alguna vez has llegado nuevo a una empresa y has visto un grupo de empleados que suelen ser siempre los mismos, quejándose de las mismas cosas y todos los días con la misma canción, en principio no es nada malo, salvo que observes que sus críticas nunca llegan a la dirección de la empresa.

Pensar está bien y las críticas constructivas también. Si un grupo de personas no está contento con algo, la función de un CEO es escuchar al grupo e intentar hacer que los empleados se sientan motivados y felices en la empresa. El caso es que la idea de este grupo no es mejorar la empresa, sino contagiar día tras día a todo empleado que se ponga en su radar.

El problema para un empleado nuevo que tiene que lidiar con este grupo es que si los rechaza se puede sentir marginado. Pero si se une a ellos y se involucra… se convertirá en otro idiota más.

2. El que teme ser despedido

Aunque hoy día prácticamente todos tengan miedo de perder su trabajo por las constantes noticias y situación económica, no nos referimos a ese tipo de miedo. Nos referimos a esa persona temerosa a ser despedida porque es consciente de que no es apta para su trabajo y tiene una enorme inseguridad.

Pensarás que es difícil de reconocer a esta persona, pero no. Lo cierto es que es muy fácil. Su temor a ser despedido por incompetente le obliga a señalar a compañeros cuando algo no sale bien, culpar a cualquiera para ponerse a salvo, así como hacer constantemente la pelota al jefe.

Esta persona sabe que no va a ganar méritos o medallas por sus habilidades, así que intentará ganar visibilidad intentando derribar a todo el mundo. Este tipo de empleado, puede llegar a ser un cáncer en la empresa.

3. El perdedor

Este tipo de persona tiene una mentalidad perdedora por naturaleza, aunque la buena noticia es que tiene tratamiento. Cada vez que un compañero tiene éxito en algo, como puede ser 5 meses consecutivos como mejor vendedor, un ascenso al sacar un proyecto adelante, etc… esta persona jamás pensará que te lo has ganado por méritos propios. O bien es producto de la suerte, o bien es porque siempre ha tenido suerte.

Jamás reconocerá que esa persona se ha ganado algo porque es mejor que él. Y sí, algunos pensarán que las empresas están llenas de ascensos a quien menos se merece, ocupan puestos de dirección sobrinos o primos de un jefe de sección, etc… totalmente cierto.<

Pero es que la persona a la que definimos como perdedor es esa persona que en lugar de admirar y aprender, prefiere consolarse pensando que ha sido suerte, y por tanto nunca aprende. Ejemplos:

  • Es que Amancio Ortega fabrica en India. Así cualquiera se hace millonario.
  • Claro, si yo hubiera nacido en Wall Street, también sería como Warren Buffett…
  • … Steve Jobs tuvo suerte. Si no le llega a caer el iPhone del árbol, nunca lo hubiera inventado..

4. El chismoso

Hay dos tipos de chismes: el chisme inofensivo, que es muy común y que casi todo el mundo lo practica al ser curiosos por naturaleza, y luego está el chisme malicioso, que suele venir de una persona chismosa con toda la maldad posible, o lo que es peor, de una persona que es chismosa mentirosa por naturaleza y no es consciente del daño que hace por el simple hecho de llamar la atención.

El chismoso malicioso, por regla general dice que has dicho palabras que realmente no has dicho o están sacadas de contexto. Otras veces, sencillamente nadie ha dicho nada. Este tipo de persona es tóxica, dañina y cada minuto que esté en la empresa aumenta las probabilidades de crear graves problemas, pues puede llegar a crear rumores insólitos, como que «fulanito» se ha acostado con «fulanita», estando ambos «fulanitos» casados, y con posibilidad de que el chisme se extienda fuera de la empresa (que se suele extender). Y lo que es aún peor, que por algún motivo, el chismoso diga que tú has dicho que lo has visto. Entonces estás jodido.

5. El que piensa con la bragueta

Si bien muchas empresas no tienen definidas las políticas de relaciones sentimentales formales en la empresa, con respecto a los «rollos» esporádicos sí que parecen estar de acuerdo en que no los toleran dentro del negocio.

A algunos jefes no les gusta este tipo de personas porque piensan que se distraen más fácilmente. Otros lo tienen más claro, y es que este personaje que «caza cualquier presa que se deje cazar», es un problema tanto para la presa que acepta como para la que no acepta, además de, como es evidente, suele distraerse con mayor frecuencia.<

6. El psicópata

Hace unos años se publicó un estudio que recogía un total de 200 directivos de empresa, donde más del 4% obtuvieron una calificación igual o superior a lo que la psiquiatría considera por definición como «psicópata». Un psicópata, por definición, es alguien que no tiene conciencia y no siente remordimientos o empatía. Suelen ser personas encantadoras a simple vista, gracias a que son manipuladores natos, quizás dos requisitos que se le piden a un líder en los negocios.

El estudio, llevado a cabo por Paul Babiak, afirmaba que un 1% de la población tenía tendencias psicópatas, mientras que dentro de las empresas, se multiplicaba por 4 el porcentaje. Babiak plasmó el estudio en un libro: «Snakes in Suits: When Psychopaths Go To Work»(Serpientes con traje: Cuando los psicópatas van a trabajar), un título algo llamativo, teniendo en cuenta que Babiak aseguraba que la mayoría de los psicópatas no están en la cárcel, sino en los puestos de mando de la empresa.

El perfil del psicópata quizás sea más fácil encontrarlo dentro de un puesto de mando intermedio, aunque también podríamos encontrarlo en un compañero que intenta pisarte para escalar. De una forma o de otra, es un tipo de personalidad que debemos evitar en la empresa.

7. El mal jefe

Si como empresario que no tratas con trabajadores dejas entrar a un mal jefe, te has cargado la empresa. Dice Richard Branson:

  «Ojo con contratar a la persona equivocada en la «cima» de la empresa, pues puede destruir en muy poco tiempo todo lo construido.»

En ocasiones, el trabajador más tóxico en la empresa es el propio jefe, y que por algún motivo goza de la confianza del dueño de la empresa o sus superiores, los cuales no saben lo que está ocurriendo en la empresa.

Un mal jefe puede desmotivar a todos los trabajadores e incluso despedir a una persona que aporte ideas al considerar que está a disgusto con las ideas actuales. Este sí es el trabajador tóxico más difícil de detectar, ya que algunas empresas tienen un sistema muy similar al ejército, donde no está bien visto saltarse los rangos de autoridad.

8. El perezoso tóxico

Aunque todos podemos ser perezosos en un momento dado, hay perezosos crónicos que contagian todo lo que rodean, pues incluso las personas más fuertes de mentalidad, suelen acabar acoplándose al ritmo de las personas de las que se rodea. Cuanto más tiempo pases dejándote llevar por la pereza, menos ganas tendrás de salir de ella.

Por tanto, si detectas este tipo de comportamientos en algún empleado o compañero de trabajo, ya estás expuesto a la toxicidad. Tú y todos los que tengan relación con él. Tarde o temprano, estas personas acaban provocando daños.

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