Los meses de julio y agosto son propicios para hacer balance de lo conseguido hasta el momento, de cara a identificar puntos de mejora y redefinir nuestra estrategia de búsqueda de empleo. Salvo los contratos propiamente estivales, las empresas posponen sus procesos de selección al mes de septiembre.
El verano: punto de inflexión para redefinir el método de búsqueda de empleo
La Fundación Adecco ha detectado que muchas personas se sienten en una situación de estancamiento al llevar mucho tiempo sin encontrar empleo. En este sentido, propone 5 recomendaciones clave para que los desempleados de larga duración aprovechen el periodo estival para mejorar su empleabilidad.
Hace unas semanas entró oficialmente el verano, estación esperada por todos por las ansiadas vacaciones, pero también temida por los 4.791.400 desempleados de nuestro país. En ocasiones, esta etapa se plantea difícil para ellos, fundamentalmente para aquéllos que llevan más tiempo parados: concretamente, en nuestro país, más de la mitad del total de desempleados (58%) es de larga duración, es decir, lleva más de un año sin encontrar una ocupación, lo que incrementa sus posibilidades de caer en la exclusión social, especialmente si al desempleo se unen otros condicionantes como la edad (mayor de 45 años) o situaciones familiares complicadas (hogares con todos sus miembros en paro, personas que están en riesgo de perder su vivienda, mujeres con responsabilidades familiares no compartidas y/o víctimas de la violencia de género, etc).
La Fundación Adecco atiende diariamente a cientos de personas en las citadas situaciones, habiendo detectado que muchas de ellas se sienten en una situación de estancamiento al llevar mucho tiempo sin encontrar empleo. Según Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco: “los meses de verano pueden constituir un buen punto de inflexión para que los parados de larga duración hagan balance de lo conseguido hasta el momento, de cara a identificar puntos de mejora y redefinir su estrategia de búsqueda de empleo”.
En este sentido, la Fundación Adecco propone 5 recomendaciones clave para que los desempleados de larga duración aprovechen el periodo estival para mejorar su empleabilidad:
5 recomendaciones para mejorar la empleabilidad en verano
1. Descansa y desconecta. Estar desempleado no significa no tener derecho a disfrutar del verano. Según Mesonero: “debemos convencernos de que lo hecho hasta ahora no ha sido en balde, sino que nos ha enseñado qué funciona y qué no, permitiéndonos aprender y situándonos más cerca de nuestro objetivo. Por eso, hemos de desterrar la culpabilidad y convertirla en motivación para replantear nuestro método. En este sentido, es importante tener en cuenta que, salvo los contratos propiamente estivales, las empresas posponen sus procesos de selección al mes de septiembre, por lo que julio y agosto son meses propicios para desconectar con actividades que nos relajen y que normalmente no podemos realizar a lo largo del año: excursiones al aire libre, escapadas, reuniones con amigos, cocina, lectura, etc”. No obstante, en todo aquello que hagas, ya sea ocio o a nivel formativo, es importante que lo planifiques. Planificar tus actividades te permitirá poder combinar y compatibilizar ambos aspectos (ocio y búsqueda de empleo) a la perfección. Y si los integras en tu rutina, aprenderás y te formará de forma casi automatizada.
2. Fórmate en algo nuevo o, al menos, identifica algo nuevo en lo que formarte Si nuestra candidatura no ha encajado en ninguna oferta durante los últimos meses/años, tal vez no estemos ofreciendo a las empresas lo que buscan. Por tanto, es importante incorporar al currículo una formación que nos enriquezca como profesionales y haga nuestra candidatura más atractiva. Pero, ¿en qué formarse? Todo depende del tipo de puesto al que estemos optando, aunque existen algunas áreas en auge: técnicas de marketing y ventas, idiomas, informática (básica o avanzada), Redes Sociales, etc.
Estos meses de verano pueden ser una buena oportunidad para asistir a clases en academias, realizar cursos online, etc. Además, el SEPE pone a nuestra disposición cursos gratuitos de cara a abrirnos las puertas del empleo. Es un buen momento para informarnos. Acceder a cursos para desempleados SEPE. “Las formaciones en los meses de verano pueden ser muy motivantes para el demandante de empleo, que sentirá que está anticipándose y sacando partido a su candidatura en una etapa en la que las empresas paralizan sus procesos de selección”- destaca Mesonero.
3. Haz voluntariado. Los periodos de inactividad prolongada no gustan a las empresas. Por este motivo, el verano es una actividad idónea para completar estos gaps con actividades que aporten valor a nuestro currículo, siendo el voluntariado una opción ideal. En esta época del año, las entidades sociales incrementan su oferta de voluntariados, especialmente en destinos internacionales que necesitan ayuda. Con el voluntariado, llenaremos espacios vacíos en el currículo realizando una actividad productiva para la sociedad. Además, las empresas percibirán que somos personas solidarias, comprometidas y que sabemos trabajar en equipo, atributos muy valorados y que cada vez se tienen más en cuenta en los procesos de selección. Si además el voluntariado es fuera de España, aportaremos al currículo una experiencia en el extranjero, cuestión que cada vez valoran más los Dptos de Recursos Humanos.
Por último, haciendo voluntariado incrementaremos nuestra autoestima y conoceremos gente nueva que se incorporará a nuestra red de contactos. ¿Quién sabe si alguno de ellos podrá abrirnos las puertas del empleo? De cara a escoger la actividad de voluntariado, recomendamos orientarnos a algo que nos guste y en lo que nos sintamos cómodos. “¿Qué me atrae más?” Puede ser la naturaleza, el contacto con las personas (con discapacidad, ancianos, etc).
4. Utiliza las Redes Sociales y si ya tienes perfil, optimízalo. Si aún no tenemos una cuenta en Linkedin… ¡no hay que esperar más! Esta red social está en pleno auge y muchas empresas la utilizan para reclutar a sus futuros trabajadores (no utilizarla es quedarse fuera). Según el portal de empleo Infojobs, el 60% de las empresas consulta redes sociales en sus procesos de selección. Si no estamos familiarizados con ella, no hay que preocuparse: al principio puede resultar complicado pero su manejo resulta muy intuitivo con la práctica. Y siempre podemos pedir ayuda a las personas que tenemos cerca o informarnos a través de internet de cómo abrirnos un perfil. Merece la pena, pues en Linkedin encontraremos, con nombre y apellidos, a responsables de empresas en las que podríamos encajar. ¡Estos meses más tranquilos pueden ser el mejor momento! Si ya tenemos perfil en Linkedin, aprovechemos esta etapa para optimizarlo. Siempre hay mejoras que podemos incorporar: nuevas formaciones, redacción de un buen extracto o “fichar” nuevos contactos a incorporar a nuestra red.
También podemos utilizar Twitter para buscar empleo: cada vez más organizaciones publican sus ofertas en este canal por la comodidad que plantea el uso de hashtags: #empleo, #OportunidadLaboral, etc. Ante todo, no olvidemos las 3 reglas básicas para optimizar nuestras Redes Sociales en la búsqueda de empleo: presentarnos bien, construir una red e interactuar. No sirve de nada abrir un perfil si después no lo usamos. ¡Importante! Hay que recordar que estamos ante Redes profesionales y que no hemos de colgar en ellas información personal/confidencial que no aporta valor a nuestra candidatura: al contrario, podría perjudicarnos para acceder a algunas ofertas. Dejemos la información personal para Facebook y restringiendo al máximo la privacidad.
5. Documéntate con manuales sencillos y expertos. La Fundación Adecco pone a nuestra disposición Guías gratuitas para ayudarnos en la búsqueda de empleo, elaboradas por consultores expertos en intermediación laboral. ¡Qué mejor momento para descargarlas! Estas “lecturas de verano” están redactadas en tono fresco y sencillo y nos resultarán fáciles y rápidas de leer, en cualquier lugar: en casa, en la piscina, en el parque, etc. A través de ellas podremos:
a. Evaluar nuestra estrategia de búsqueda de empleo. ¿Hemos seguido un método correcto? ¿En qué hemos fallado? ¿Qué podríamos mejorar?
b. Incorporar nuevos procedimientos a nuestra estrategia. Encontraremos nuevas ideas y visiones que aportarán valor a lo que ya hemos hecho y nos ayudarán a identificar nuevas fórmulas para que nuestra candidatura llegue a buen puerto. Desde cómo empezar a buscar trabajo hasta cómo elaborar un buen currículo o preparar una entrevista de trabajo. Cada paso influye en el resultado y es importante tenerlos claros todos.