La base de cualquier franquicia radica en el acuerdo establecido entre un franquiciador, que es aquel que concede la licencia de franquicia, y un franquiciado

5 claves para montar una franquicia

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Actualizado 29 | 06 | 2020 07:00

Montar franquicia

La base de cualquier franquicia radica en el acuerdo establecido entre un franquiciador, que es aquel que concede la licencia de franquicia, y un franquiciado, que es aquel que realiza una inversión en la franquicia. 

Es un tipo de negocio opuesto a lo que conocemos como un negocio independiente. Dicho de otro modo, el franquiciado compra una oportunidad para montar un negocio siguiendo el método, supuestamente exitoso, del franquiciador.

Existe el Manual de Operaciones, donde viene detallado el modelo de franquicia de forma exhaustiva. Contiene, por escrito, la forma de llevar a cabo el negocio de forma muy completa. El Manual de Operaciones es, además, parte del acuerdo de franquicia, definiendo y controlando la manera en que el negocio debe ser dirigido y fijando los compromisos entre el franquiciado y el franquiciador. Este manual implica que, a la hora de montar una franquicia, la calidad de todos los franquiciados sea la misma y, al mismo tiempo, ofrece el plan estratégico del negocio.

Por lo tanto, si lo que quieres es un negocio seguro y no se te ocurre ninguna idea original, esta puede ser una opción a tener en cuenta. Pero si optas por ella, debes tener presente que tendrás que rendir cuentas a un franquiciador.

Cómo montar una franquicia

Si lo tienes claro y has decidido montar una franquicia, a continuación te mostramos cinco claves de has de tener en cuenta.

  1. La oferta y la demanda

La base ideal de toda franquicia consiste en tener una oferta y una demanda equilibradas. Si un negocio se convierte en franquicia es porque hay una gran demanda del producto o el servicio que oferta. Por lo tanto, montar una franquicia va a depender desde el primer día de esta base.

  1. El acuerdo de franquicia

La actividad comercial bajo el régimen de franquicia está regulada por el Real Decreto 201/2010 del 26 de febrero, donde se determina que el contrato de franquicia es el acuerdo con el que una empresa, en este caso la franquiciadora, cede a otra, la franquiciada, el derecho a explotar un sistema propio de comercialización de productos o servicios.

En este acuerdo también se estipula qué es lo que recibes al montar una franquicia, es decir, un producto, un servicio, una fórmula de explotación comercial y un manual. Pero también lo que recibe el franquiciador, ya sea una prestación, una entrada, un pago recurrente, porcentajes de beneficios, etc.

Obviamente, existen diferentes tipos de contratos estándar, aunque lo más recomendable es elaborar un contrato de franquicia que contemple y cubra todas las circunstancias concretas del negocio.

  1. El franquiciador

Un franquiciador debe proporcionar una marca reconocida o un negocio en crecimiento con visos a convertirse en una marca reconocida. Al mismo tiempo, deberá demostrar a sus franquiciados que tiene la suficiente solvencia económica como para sustentar un modelo de negocio con estas características.

  1. El franquiciado

El franquiciado deberá probar al franquiciador una situación financiera y unas fuentes de financiación, con o sin ayudas, lo suficientemente sólidas como para montar una franquicia.

  1. El espacio

La homogeneidad de una franquicia se nota, además de en los métodos, en la imagen de marca, algo que afecta a los locales de todas las franquicias. Por lo tanto, el franquiciador debe establecer las pautas para que el franquiciado elija el local que más se adecue al negocio en cuanto a tamaño, ubicación, características, etc.

Otros factores a tener en cuenta son la distancia con la competencia o la concentración de otros negocios de franquicias que pueda haber en un mismo sitio.


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