Vivimos tiempos en que las empresas y sus directivos se enfrentan a múltiples paradojas en su gestión. El mundo empresarial de hoy está inmerso en un ambiente de turbulencia por diversos factores y tendencias las cuales impactan los resultados esperados.
Nuestra actividad, tanto profesional como personal, se ve afectada por paradojas, situaciones aparentemente contradictorias que hemos de resolver, equilibrios entre los que hemos de movernos.
Principales dilemas
Xavier Marcet, prresidente de Lead To Change, y David Reyero, senior HR Business partner de Sanofi Iberia, subrayan que “es lo propio de la gestión de la complejidad”, y proponen algunos de los principales dilemas que perciben en sus prácticas profesionales:
- Si lo centralidad del cliente es clave para las empresas, ¿es lógico externalizar los servicios de atención al cliente? Perder sus conversaciones, dejar de observar sus experiencias, ¿vale la pena por ganar unos puntos de eficiencia?
- Los clientes quieren productos y servicios cada vez más personalizados y, a la vez, hay una gran presión de homogeneización y eficiencia de costes por la globalización de políticas comerciales.
- Es fundamental simplificarlos procesos y, en paralelo, la legislación y crecientes regulaciones generan una gran burocracia en las distintas áreas funcionales, a las que a veces las compañías añaden un gran normativización interna.
- La complejidad de gestión es creciente y ello requiere templanza, mucho bagaje, mirada multifacética y diversidad de perfiles. Y por otro lado se están “juniorizando” las plantillas de muchas organizaciones, lo que reduce costes pero también puede impactar negativamente en el negocio por la falta de una rica experiencia previa.
- Estamos acostumbrados a una gestión local y lineal y, por el contrario, los nuevos tiempos requieren mentalidad global y exponencial para aprovechar las grandes oportunidades de expansión que genera la disrupción actual.
- La agilidad en las tomas de decisiones y la capacidad para anticiparse al entorno son básicos para la supervivencia en el mercado. Pero todavía se concretan demasiado las decisiones en la alta dirección y falta alinearse desde la delegación y el empoderamiento.
- La transformación digital es una de las causas de la reducción drástica de las barreras de entrada en muchos sectores. Y sin embargo muchas compañías se siguen comparando con los competidores tradicionales en su estrategia y éxito empresarial que con los nuevos entrantes.
- Se habla mucho de innovación, pero dejar que se haga un espacio en las atribuladas agendas del día a día cuesta demasiado. La innovación consiste en poner el futuro en la agenda del presente.
- No hay empresas sanas en una sociedad insana decía Drucker. Las empresas necesitan aprender a compatibilizar muy seriamente sus negocios con el bien social.
- Las personas son el principal activo pero cada vez más suenan trompetas de robotización e inteligencia artificial como si se tratara de escoger. De lo que se trata es de empoderar a las personas con nuevas herramientas. Lo que viene es la suma de inteligencias. Las personas siempre serán las que harán la diferencia.