Mark Zuckerber, Elon Musk, Richard Branson, Brian Tracy y Tony Hsieh

Los secretos de la contratación de los «más listos»

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Actualizado 22 | 03 | 2016 09:46

Todos sabemos que el curriculum es un elemento que aún sigue teniendo validez para la contratación, pero cuando hablamos de ciertas empresas, su importancia queda apartada a un segundo plano. Y más aún si se le pregunta a ciertas personas como Mark Zuckerber, Elon Musk, Richard Branson, Brian Tracy o  Tony Hsieh.
Mark Zuckerberg (Facebook), durante su charla en TED habló sobre su regla de contratación número 1, y aunque personalmente dudo que Zuckerberg la aplique, la verdad es que su aplicación real podría dar resultados sorprendentes.

Zuckerberg dijo:

«Solo contrato a alguien para trabajar si considero que a mí me gustaría trabajar bajo el mando de esa persona».

¿Qué significa eso exactamente? Él explica que «en un universo alternativo, si las cosas fueran diferentes y no hubiera comenzado mi propia empresa o si Facebook un día desapareció y tuve que buscar trabajo, debería estar encantado de ser contratado por esa persona que está luchando porque la contrate para trabajar para mí».

Dicho de una forma más sencilla, contratar a alguien que no te importaría que fuese tu jefe. Zuckerberg está dando a entender con estas palabras que admira la capacidad de liderazgo de una persona, teniendo en cuenta que los líderes (al menos los buenos líderes) son respetuosos e íntegros, y piensan más en el grupo y la empresa que en ellos mismos. Son apasionados por lo que hacen.Y lo cierto es que independientemente del puesto que desempeñes en una empresa, esa capacidad de liderazgo es valorada por los departamentos de recursos humanos.

Richard Branson (Virgin) también tiene claro que «no hay que contratar un curriculum; hay que contratar personalidad»

Y reconoce que la personalidad es lo más difícil de detectar en una entrevista de trabajo, pues un candidato podría ser tímido o introvertido, y tener una gran personalidad. Asimismo, también podría ser una persona muy extrovertida, pero que está algo cohibida durante esos minutos que dura la entrevista.

No tengas miedo de contratar a los «Mavericks», que son personas que piensan de una forma muy diferente, los cuales pueden ayudar a ver los problemas como oportunidades e inspirar la creatividad del grupo. Algunos de los mejores trabajadores que hemos contratado, solían ser personas que en un principio parecían no encajar en un grupo, pero finalmente se convirtieron en indispensables para un grupo y para la empresa.»

Branson recordaba también que no hay que tener prisa por cubrir un puesto de trabajo hasta no dar exactamente con lo que estamos buscando, pues «más vale tener un agujero en tu equipo de empresa, que tener a un idiota en tu empresa».

Intenta rodearte de gente con una personalidad ganadora y habilidades transferibles.

Para Tony Hsieh, CEO de Zappos, lo más importante es el valor humano de las personas. Asegura que hoy día, las empresas se centran tanto en la captación de talento y habilidades, que olvidan contratar personas que ante todo, se comporten como personas, y que nos agrade pasar tiempo con ellas.

Es por eso que este CEO diseñó un sistema a modo de prueba que si bien no es concluyente para ser contratado, es 100% excluyente si fallas.

Teniendo en cuenta que la mayoría de los aspirantes a un puesto de trabajo dentro de Zappos vienen de fuera, la empresa tiene su propio medio de transporte para recogerlos en el aeropuerto y hacerles un tour por la ciudad antes de comenzar con las entrevistas de trabajo.

Al final del día, el reclutador siempre pregunta al chófer cómo fue tratado por este aspirante. Si el chófer dice que no recibió un trato amable, no importa el talento o habilidad de persona. No importa cómo haya ido la entrevista. Será inmediatamente descartado.

«Una persona puede estar nerviosa el día de la contratación. Puede cometer fallos, mostrarse más inquieto, e incluso parecer más inseguro. Pero nunca hay excusa para ser descortés o grosero con alguien», ni con el conductor ni con el camarero que te atiende», asegura Hsieh.

Elon Musk (Tesla, SpaceX…), el nuevo Steve Jobs, por el contrario, no tiene tanto en cuenta cómo son las personas, sino lo que saben hacer esas personas. Y es que Musk vive en esa realidad en la que sabe que está cambiando el mundo, y por tanto, sólo quiere a personas con el ferviente valor y compromiso para cambiar el mundo.

Musk probablemente no sea el hombre más agradable, como ya han argumentado diversos testimonios, pero no cabe duda de que probablemente sea la mente actual más brillante que existe.

Su regla número 1 de la contratación es contratar al mejor del mundo en su función. No importa si es un ingeniero o un camarero. Si va a trabajar para él, esa persona debe ser la mejor en eso que hace.

Es por eso que esta obsesión por contratar al mejor, hizo que su empresa le robara un empleado a PinkBerry, porque era el mejor preparando yogures y helados. Musk dijo: «quiero al empleado del mes».

Musk le hace esta sencilla pregunta a los aspirantes a un puesto de trabajo:

«De todas las personas que hay en el mundo, de los millones de candidatos que podrían hacer este trabajo, convénceme de que tú eres el que necesito»

Para este joven genio, tu trabajo importa en la empresa, tanto si eres cocinero, barrendero o diseñas un cohete. Por eso debes ser el mejor haciéndolo.

La cultura de Elon Musk se resume en «contratar lo mejor, no lo más barato«.

Brian Tracy, cuando habla de contratar a los mejores vendedores, lo tiene aún más claro. Tanto él como otros tantos empresarios que tienen muy claro que el trabajo de vendedor es una carrera profesional, y no un pasatiempos, lo único que se aseguran es de que el candidato, al menos tenga un interés constante de aprender la profesión.

¿Cómo se consigue averiguar eso? Haciendo una sencilla pregunta al candidato.

«De los libros que tienes en tu biblioteca personal, ¿cuáles son tus libros de ventas favoritos?»

Si el vendedor dudaba o no tenía ningún libro de ventas, la entrevista había terminado antes de comenzar. Si el vendedor mostraba que era un ávido lector de libros de ventas, casi siempre obtenía el trabajo, porque aunque no fuera bueno, tenía interés, y con el interés, podía llegar a ser bueno.


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